Cualquier ocasión puede ser especial, inolvidable. Sólo un instante, una mirada, una sonrisa, una noche... una caricia y una palabra.
Puede ser un día, un año, una mañana... Muchos recordamos esos momentos y los guardamos con mimo para poder regresar a ellos siempre que nuestra alma lo quiera, siempre que nuestro corazón lo necesite.
Cuando Laura Martin me encargó los complementos para lucir única y especial en la boda de unos amigos... ME SENTÍ TAN TAN AFORTUNADA...
De entre los miles y miles de personas que creamos piezas llenas de esencia, de color y vida... ¡ME ELIGIÓ A MÍ! Menuda responsabilidad y cuánta alegría, pensé.
Comenzaba entonces una aventura. Me mandó la ropa que iba a llevar. Divina y llena de color. "Confío en ti", me dijo. Sin duda, lo mejor que puede ocurrirle a cualquier mente creativa.
Busqué entonces: FORMAS, COLORES, ACABADOS... y me abandoné a infinitas combinaciones.
Lo primero fueron los pendientes.
Después... la pulsera.
La única condición que Laura me puso es que quería que todo fuese de plata.
¡Ya sólo faltaba la sortija!
El entusiasmo de las dos, nos mantenía conectadas aún en una distancia que parecía desaparecer con cada foto, con cada mensaje.
Gracias Laura por haber pensado en mí, por devolverme una vez más la ilusión por crear, por ponérmelo siempre tan fácil, por CAMINAR JUNTAS EN ESTE SUEÑO.
ERES ESPECIAL Y MERECES MILES DE OCASIONES INOLVIDABLES, MILES DE BRILLOS DE ESTRELLA Y CRISTALES QUE GUARDEN EL REFLEJO DEL MAR.