Desde niñas, estrenamos algo en fiestas señaladas. Cuando éramos pequeñas, mi madre preparaba con ilusión y esmero: un nuevo vestido, con su chaquetilla, sus lazos, los leotardos o las sandalias si ya era verano.
Guadar esas tradiciones me hace sentirme bien, en equilibrio. Conectada con mi esencia, mis recuerdos y el cariño.
Están siendo momentos difíciles en mi vida y los planes, ahora más que nunca, están para romperse pues ya por sí mismos sólo brotan como sueños de un tiempo mejor.
En pequeños ratitos y algunas noches de hospital, he conseguido acabar este jersey para que hoy lo estrenase mi preciosa ahijada.
En la suave lana MERINO MOLÓN de la marca ROSAS comprada en La casita de las Maris y agujas del 4 y 1/2, he ido tejiendo un jersey con manga raglán y cuello chimenea que se dejaba llevar por las anotaciones de mi libreta de labores.
Con qué ilusión cada vuelta. Pensaba entonces en los miles, millones de personas que creen en esto como una terapia y me sentía feliz.
Al terminar: dos divertidos pompones. Uno para adornar el cuello y otro para una goma del pelo que sujetará su media melena pelirroja.
Feliz Pascua, mi dulce ahijada. Y gracias mamá, por todo lo que me enseñas y me ayudas. Sin ti, no me habría dado tiempo a coserlo. Te quiero.
2 comentarios:
Qué color más chulo!!
Bss
Muchas gracias María. La verdad es que es un color precioso y a ella le favorece un montón.
Un beso.
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