Volar a otros lugares es uno de los ejercicios más saludables para la mente y el cuerpo.
Conocer sitios nuevos, callejear, perderse entre otras gentes y otros colores.
Hacerlo no es sólo posible gracias a un avión, un barco, un tren, un autobús o un coche. Viajamos también con la imaginación y es entonces que la experiencia es nuestra, única, irrepetible. Somos protagonistas en ella.
Un libro en una serena lectura, una envolvente música, un sueño a la sombra en verano, la escritura de nuestra mente y nuestro corazón aquella tarde en la que se hacía el silencio que sólo rompía el viento...
Junto a mi butaca de lectura, la vida de Odiseo (Ulises) aguarda mi llegada. Abandono entonces esta realidad y viajo a Ítaca. Quizá allí, junto a sus costas o más aún, en sus montañas, una joven griega lleve estos pendientes mientras aguarda a su amado que ha partido muchas lunas atrás.
13 comentarios:
Unos pendientes muy bonitos!!!
Yo soy de las que prefiero viajar como toda la vida, ja ja ja. Los libros son cultura, pero por desgracia no son lo mío.
Un abrazoooo.
Jajajaja, cualquier forma será buena siempre que nos haga disfrutar.Un beso
Viajar es vivir más veces, según dicen. Una delicia conocer otros mundos y otras culturas. Los pendientes, preciosos. Abrazos
Por lo de pronto a mi ya me has hecho viajar leyendo tus palabras e imaginándome eses bonitos pendientes en la chica que describes...Bikos!!!
Es cierto Ligia, siempre nuevos horizontes.
Muchas gracias y muchos besos.
Gracias Bordados.
Un viaje de leyenda, mar y verde.
Bicos
Feliz semana chata!!
Bss
Gracias María, igualmente.
Besos
Son unos pendientes preciosos muy con la naturaleza un saludo.
Muchas gracias Kir@ y bienvenida.
Un abrazo
Qué cosas tan bonitas que haces :)
Me encanta el color y la hojita! Besos!
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