Hay caprichos que enamoran, que conquistan, que te atrapan.
Pueden ser colores sobre el manto oscuro de la noche, flores que nacen y a través de las cuales se cuelan los primeros rayos del día dejando ver su vida, su alegría.
Según los mires, sus tonos serán vivos, matizados, ligeros, intensos, caprichosos, fugaces, perfectamente definidos o... tal vez, difuminados.
Son caprichos y es que... siempre se ha dicho que... TODO DEPENDE DEL CRISTAL CON EL QUE SE MIRE.
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